Volver a la pagina principal       Volver a la pagina principal

  
 

El primer contacto que tuve con el significado de los sueños, de forma mas documentada, fue en 1970, cuando residía en Sao Paulo, Brasil. Había tomado un crédito de psicología en la universidad y simultáneamente me sometí a un psicoanálisis. Así tuve el privilegio de conocer mis contenidos psíquicos mas profundos y empezar realmente a entenderme. Fue una tremenda sorpresa tomar conocimiento de que «aquellas tonterías» con que había soñado venían con tanta verdad y sabiduría. El curso y el psicoanálisis tuvieron una duración aproximada de dos años. Luego inicié una nueva etapa de mi vida, donde empecé a contactarme diariamente con la responsabilidad de mi misma, en términos emocionales, si quería estar bien o sentirme feliz, era algo que dependía de mi y de nada o nadie más, no importando cuan difíciles o complejos que pudieran ser los factores externos involucrados en aquel día. Así fue como opté por ser feliz y comencé a hacer por mi misma lo que siempre había hecho por los demás: tratarme con amor, cariño, consideración y respeto.

Como es lógico, con esta nueva filosofía de vida, hubo un cambio significativo en mi existencia. Me licencié en Arte con mención en orfebrería y me dediqué a la creación de joyas de arte, obtuve premios, gané certámenes, expuse en forma colectiva e individual en Europa, Estados Unidos, Brasil y Chile, además ejercía la docencia en forma paralela.. En resumen, estaba enfrentando la vida con decisión y coraje, viviendo intensamente mis procesos internos. Después de mas dos décadas de vivir en el extranjero, regresé a vivir a Chile, y contrariando el proverbio que dice «nadie es profeta en su tierra»... modestia aparte, yo si lo fui.
Las tristezas y los avatares propios del destino, los asumí con valentía, viviendo bien conmigo misma. Tenía buena salud, una familia en armonía. Amigos, con los cuales compartía muchas horas de mi tiempo libre. Aparentemente todo marchaba bien.

A comienzos de 1987 empecé a soñar que asistía a mi propio funeral. En el sueño veía un cortejo que avanzaba lentamente por Avenida La Paz, en Santiago: vislumbraba el féretro, encima de una cureña, cubierto por una bandera de color indefinido. El cortejo continuaba desplazándose y de pronto veía los rostros de todos mis alumnos de aquella época, con mucha nitidez. En aquel instante me percataba que se trataba de mi propio funeral e invariablemente despertaba muy sobresaltada. Este sueño empezó a tornarse cada vez mas repetitivo, sentía una enorme frustración al saber que no tenia las herramientas suficientes para interpretar este absurdo. Como es habitual, durante el día me olvidaba, y esto continuó durante varios meses. En Mayo de 1987, estaba laminando oro para hacer una joya, cuando la máquina trefiladora de metales, me cercenó la mano izquierda, quedando apenas colgada de un pedazo de piel. Fui sometida a varias cirugías, y en medio de todo mi dolor, recordé mi sueño. Este significaba mi muerte como orfebre. Entre una operación y otra, cinco en total volví a leer a Freud, Jung, Adler y Perls. Simultáneamente, frecuentaba talleres de sueños.
Pero, la frustración continuaba, porque las interrogantes a mis inquietudes excedían mis precarios conocimientos sobre la materia.

Regresé a Sao Paulo, y allí me inscribí en seminarios sobre análisis e interpretación de sueños, dictados por analistas del Instituto Carl Jung. Continúe asistiendo a talleres de sueños, leyendo e interiorizándome en los fenómenos oníricos, durante algunos años. Regresando a Chile, los amigos, empezaron a preguntarme por el significado de sus sueños, teníamos largas conversaciones sobre estos temas y surgieron invitaciones para dar charlas, y conferencias. Con todos los conocimientos adquiridos diseñé un curso-taller para que todos los que tuvieran dudas sobre sus sueños no enfrentaran la frustración que yo había sentido. Paulatinamente, inicié cursos-talleres de elaboración onírica, que son hoy, mi principal actividad laboral.

El sueño, en el que asistía a mi propio funeral, además de anticipar el fin de mi trayectoria como orfebre, mostrando el cortejo que avanzaba lentamente por Avenida La Paz, anunciaba aquella que he encontrado al dedicarme a analizar los sueños de quienes acuden a mi.
Desde que empecé a interesarme por los sueños de los demás, surgió la inquietud y las ansias de conocer el tema en profundidad, me llevó a buscar, indagar e investigar en las fuentes mas diversas, desde literatura clásica, psicología, antropología, estudios de religiones comparadas, mitos, leyendas y folclore etc. No satisfecha con mis conocimientos teóricos, he asistido a cursos y seminarios en los Estados Unidos y Brasil.

Mis sentimientos derivados de la experiencia personal en los años que he dedicado al análisis de sueños, impartiendo un método muy sencillo y fácil de aprender para todos, fue el estímulo que me llevó a escribir este libro cuya, única intención es ayudar a las personas que se sienten confusas e intrigadas con sus sueños y carecen de orientación para descifrarlos.

En primer lugar los sueños tienen una estrecha relación con el durmiente y por increíble que parezca, la mayoría de ellos están asociados con los problemas de la vida cotidiana. Además tienen que ver con nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y sensaciones. Soñamos todas las noches, durante un tercio de nuestras vidas, nos acordemos de ello o no. Si todo en nuestro organismo tiene una función, los sueños también la tienen. Actualmente sabemos con certeza que los sueños encierran mensajes psicológicos importantes, que son una herramienta poderosa para el autoconocimiento y desarrollo personal, que sirven en las terapias, la curación de enfermedades, físicas y emocionales, que cuando se desea son una inagotable fuente de creatividad y además cumplen una función predictiva.

Antiguamente se creía que eran avisos de los dioses o espíritus. Hoy ya sabemos que quien nos anuncia en sueños hechos venideros no son deidades malignas o benignas sino nuestro propio inconsciente, que es comparable a la memoria de un computador y nos lo hace conocer en la pantalla de el monitor, que sería como con nuestro consciente.

Los sueños, son mensajes que vienen en un código especial, y para descifrarlos, tendremos que utilizar el lenguaje, las metáforas, los cuentos de hadas, la mitología, el folclore, los arquetipos, o símbolos universales, y nuestros símbolos personales. Utilizando estos métodos podremos vislumbrar el sentimiento, emoción, o sensación que engendró el sueño. A primera vista este intento parece desalentador, como consecuencia de la descalificación ejercida en occidente durante siglos, hacia la interpretación de los sueños principalmente por la Iglesia Católica. El por qué de esta presión en contra de los contenidos oníricos, es bastante obvio, pues los sueños son mas honestos y verídicos que nosotros mismos. Aparece en ellos la esencia de los problemas sin adornos ni camuflajes. Que a usted y a mí, nos interesen el significado de los sueños no es un capricho ni una moda, surgidas espontáneamente. Antes que nosotros hubo civilizaciones, naciones, pueblos y culturas, en todos los continentes, hasta en las mas recónditas islas de nuestro planeta, que consultaban sus sueños para conocerse a si mismos, atender a sus problemas de salud, pedir consejos antes de tomar decisiones importantes, en la guerra o en la paz, siempre confiando en que estas extrañas alucinaciones traían información fidedigna sobre el destino o las situaciones cotidianas.

A juzgar por los relatos pre-bíblicos, el interpretar sueños era una tarea que todos manejaban con cierto conocimiento, ya que en el libro sagrado aparecen 1800 menciones sobre sueños y su correspondiente interpretación.

Al final de este milenio los sueños han retomado su importancia y miles de personas en todo el mundo están ansiosas por entenderlos. Sabemos que son un espejo del alma, en el cual vemos la verdad sobre nosotros mismos, nos guste o no.
El significado de un sueño solo lo puede determinar el soñante: un analista, intérprete o terapeuta podrá auxiliar con sus conocimientos mas amplios sobre la materia, pero, jamás podrá imponer la interpretación final.
Actualmente aprender a analizar los propios sueños es tarea relativamente fácil y solo se requiere la determinación de hacerlo y cierta dosis de disciplina, ya que unas de las características de los sueños es que son muy fugaces, y habrá que anotar diariamente para un análisis posterior.
Otro factor que habrá que tomar en cuenta es el asumir la responsabilidad en relación a los problemas o sentimientos que aparezcan, pues como esto tiene que ver con el soñante y su universo íntimo, sólo él podrá hacerse cargo de los eventuales problemas emergentes.

Hoy ya sabemos que los sueños cumplen varias funciones entre ellas, una de las más importantes es la de herramienta para el auto-conocimiento y otra como método muy eficaz para psicoanalistas y psicólogos para ayudar a sus pacientes a encontrar mayor equilibrio emocional. Esperemos que en el próximo milenio, no sólo se incluya la enseñanza de Análisis e Interpretación de Sueños en todas las Facultades de Medicina y de Psicología, sino también en muchas áreas del conocimiento.
Los sueños tienen varios significados, pero como ya señalé anteriormente, pero solo el durmiente, podrá saber el significado de su «creación», el analista es una persona que ayuda con conocimientos mas amplios y específicos sobre la materia, pero jamás podrá interpretar el sueño de alguien que esté ausente o donde no se pueda establecer por algún medio, cierta interacción entre ambos.
La invitación es ahora a conocer algo más sobre los sueños, a través de este texto donde capítulo a capítulo veremos otros puntos de vista al respecto.
Antes de iniciar este viaje de exploración de nosotros mismos, es fundamental que conozcamos un poco las teorías que tuvieron de este fascinante fenómeno antiguas civilizaciones, otras culturas naciones y pueblos, así como, intelectuales filósofos, científicos hombres y mujeres destacados de todas las razas, religiones y épocas, que escucharon e intuyeron que los sueños traían mensajes transcendentales para el ser humano.

Rosa Anwandter